viernes, 7 de mayo de 2010

¡Qué frikis podemos llegar a ser!

Tengo una teoría, y tiene que ver con mi uso particular de la palabra friki: creo que todos somos un poco frikis (y los artistas más que nadie). Yo creo que todos tenemos ese puntito raro, de obsesión por algo, gustos particulares y peculiares, comportamientos, actitudes… y eso nos hace especiales. El que dice que no es friki es el más friki de todos, y además es tonto, por creerse por encima de los demás por pensar que no tiene rarezas. ¿Cómo que no? Pues entonces eres un simple, y eso ya es raro, así que otro friki al saco.

Ahora bien, hay diferentes grados de frikeza: el que a los 16 años escucha música clásica y adora el cine de los años 50 (ejem…) es un friki (hay que ver lo que se considera normal hoy en día: salir, beber… el rollo de siempre), pero el que se hace llamar artista porque dibuja relojes que se escurren o penes gigantes; el que corta ojos con una navaja en una película; o el que se rompe los dedos en un intento de alargárselos más y tocar acordes imposibles al piano, es más friki todavía. Sí, todavía no me he vuelto loca, he querido decir lo que he dicho: Dalí, Buñuel y Schumann eran unos frikis. Pero que sean unos frikis, ¿significa que estaban locos?



La persistencia de la memoria. Salvador Dalí


El perro andaluz. Luis Buñuel


Hombre, locos, locos, no sé yo si eso estaría clínicamente probado (al menos no dentro de los cánones actuales). Simplemente hay algunos que desarrollan su grado de frikeza hasta límites insospechados en su obsesión por la dedicación absoluta a su pasión. Ya se sabe lo que dicen de los artistas, que son muy temperamentales. ¡Qué le vamos a hacer si son muy sentidos y todo se lo toman a pecho! Pero que no los comprendamos no significa que estén locos.

Aun así, yo me pregunto: ¿hay que estar un poco tocado para ser artista? Igual un poco sí. Hace falta pensar diferente al resto para hacer algo distinto, pero hay que estar un poco tarado para atreverse a ir más allá y proyectar hacia fuera lo que uno mismo siente por dentro, hacer de lo que para ti es arte un arte para todos. Aunque, bien pensado, hay que tener las cosas muy claras para convencer al resto de que aquello que tú haces es arte, digan lo que digan.

Y digo yo, entonces para entender las rarezas de un artista, ¿también hay que estar un poco tronado? Qué paradoja, ¿no? ¡A ver si va a resultar que el artista es el lúcido y los locos son los otros!

Vamos, lo que yo decía: que somos todos unos frikis.

8 comentarios:

  1. Por cierto, sabed que Schumann murió en una clínica para enfermos mentales. Diagnóstico: melancolía con delirio

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  2. Cierto, todos tenemos nuestro lado friki, esa parte que nos hace diferentes, especiales; también es cierto que hay quien lo desarrolla más que el resto... Al final ser friki es tener algo que te emocione, que te ilusione, que haga que para lo que otros puede ser una obligación pesada para uno mismo sea lo más dulce del mundo... al fin y al cabo es amar ese "algo"... Pero... también veo que hay una parte negativa, y es el siguiente paso a todo lo que he comentado: la obsesión, aunque si llegas a estar en un grado supremo de obsesión que te hace disfrutar de la misma... enhorabuena.

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  3. Totalmente de acuerdo contigo, "AlfaroLaRioja". Aunque pienso que las obsesiones son peligrosillas... Todo está bien en su justa medida. Aunque claro, si nadie traspasara los límites, no existirían cosas como las que hacen estos artistas...

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  4. Si, y la verdad que parece que en las etapas de la vida en que más "atormentados" u obsesionados se encuentran, mejores son sus obras, no hay más que ver la pintura negra de Goya, que a mi personalmente me transmite mucho más que cualquier otra pintura en la que aparece el retrato de una familia real o un paisaje por muy precioso que sea.

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  5. No hay nada como poner pasión a lo que haces, es la única manera de transmitir. Tú que escribes un blog, ¿a que te sientes más orgulloso de lo que escribes cuando te afecta, te toca o directamente te enfada? Yo creo que con esto pasa un poco lo mismo. (Aunque, a pesar de que yo también comparto que Goya vale más en su época oscurilla, también tienen que existir los retratos reales. ¡Aunque sólo sea para ponerlos en los libros de historia! solo que tienen otra función...)

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  6. Jajaja, ¡pues si!, hay sentimientos que mueven montañas... y no todos tienen porque ser positivos... y los positivos no son siempre los que llevan a un buen "resultado", ni los negativos son los que siempre llevan a uno malo... pero bueno, a lo que vamos, que empiezo a desvariar, en cuanto a los cuadros, claro que tiene que haber de todo, también hay retratos reales que indiscutiblemente son buenas obras de arte, con técnica y más cosas que una persona que entienda de estos temas sabrá apreciar mejor que yo, pero a mí como mero "espectador" que lo único que llevo en mi "forma de mirar" es lo que he ido recogiendo en mi vida fuera del mundo del estudio del arte, lo que más me transmite es su pintura negra, me perturba y es algo distinto a todo lo que puedo encontrar en el Prado, los demás puedo pensar: ¡qué bonito!, ¡qué realista!, ¡qué colores!, pero llego a la parte de la pintura negra... y no se describirte la sensación que me transmite, no es miedo, no es congoja, ni tristeza... quizá sea una mezcla de todas. Puede que sea eso lo que más vale en el arte, ¿no? que llegue a todo el mundo sin que haya que tener conocimientos previos sobre el mismo, y quizá para eso haya que ser un poco más friki que la media ;). Vaya rollo filosófico...

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  7. ¡Muy interesante tu rollo filosófico! ¡¡gracias por intervenir!! :) (me ha gustado tu conclusión, por cierto)

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  8. Sharuman, por si te sirve de ayuda, el término friki, viene del inglés freak, que significa "monstruo".

    No considero en absoluto freaky como algo negativo. Chopin era un freak (monstruo) de la composición. Todos los grandes son enormes freaks.

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