domingo, 7 de marzo de 2010

Con Pe de tóPico

A tan solo unas horas de la gran ceremonia de entrega de los premios más valorados del cine mundial (más que nada porque los concede el país con mayor industria cinematográfica de Occidente y, por tanto, -esto, como en otras tantas cosas– se cree en la obligación de adoctrinar al mundo), cabe preguntarse si una de estas codiciadas estatuillas cruzará de nuevo el Atlántico para establecerse en tierras ibéricas (aunque la respuesta parece obvia, pero al fin y al cabo la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?). Y digo en tierras ibéricas (no se piensen que es casual…) porque de ahí es de donde creen los americanitos que viene nuestra internacionalizada Penélope Cruz: del pueblo ibérico enraizado que se supone que son todos los habitantes de esas tierras folclóricas, alegres y holgazanas en el fondo, ya que si pasamos el día (y la noche, que todo hay que decirlo) de fiesta, ¿cuándo trabajamos los españolitos? (¿o debería decir ibéricos de pura cepa?).

La verdad es que no les culpo, pobres: es lo que llevamos años haciéndoles creer. Lo typical spanish triunfa, señores. El sol, la playa, el moreno ya de paso; los chiringuitos, el ambiente de fiesta continua, las palmas y las guitarritas; el olé olé y los toros, la sevillana por supuesto; la comida, cómo no: las tapas por excelencia, jamón serrano, paella, tortilla de patata (aquí sí les tengo que dar la razón) y un larguísimo etcétera que los turistas (vamos a llamarles así, respetuosamente y metiéndolos a todos en el mismo saco, ya que hablamos de tópicos) creen que son las cotizadísimas tierras españolas. Ya desde que al señor (por decir algo) Francisco Franco se le ocurrió crear el Ministerio de Información y Turismo para potenciar lo que hoy llamamos Spain is different empezó este repentino interés por lo folclórico de la España profunda, que no digo que no tenga sus cosas buenas, en cuanto a unión de las gentes y sentimiento de identidad común y tradición, pero que sacado de quicio desemboca en el topicazo del que todos nos quejamos (aparentemente) por lo que nos consideran y que realmente no somos.



Y digo yo, si todos nos quejamos de que nos pintan (siguiendo con Hollywood) como personas festeras por demás y remolonas, por un lado, así como exóticas, apasionadas y ardientes por el otro, (interesante imagen la del amante latino, vamos, que debemos de ser lo que a medio mundo le gustaría tener en su cama cada noche), ¿por qué seguimos potenciando esa imagen? Creo que aquí es donde nos duele… ¿Por qué cambiar algo que funciona? Al fin y al cabo, el turismo (de extranjeros en nuestro país, me refiero) ha hecho equilibrar durante años nuestra balanza económica con el exterior (hablo de las últimas décadas, el periodo actual es raro, dejémoslo ahí). El asunto es: si la imagen de esta España atrae, por qué no proyectarla en la esfera del cine y con nuestros actores más “latinos”.


Penélope Cruz no es la primera, ni será la última en representar el prototipo de española guapísima y apasionada en Hollywood, igual que lo hace desde hace años Antonio Banderas, o más recientemente Javier Bardem (por cierto, cuyo supuesto noviazgo con nuestra Pe es ya el colmo de lo typical spanish que gusta al otro lado del charco). Aunque, en último término, la única que va a sufrir en sus propias carnes el negocio del jamón de jabugo exportado al país de las oportunidades será la propia Pe, que acabará cautivando a los norteamericanos por su toque de tópico español, (a saber: morenaza espectacular, acento totalmente español, gracia y simpatía), más que por su maestría sobre las tablas, más o menos discutida según la película: una pena. Lo confieso: me cae bien esta chica. Por no hablar de su encanto natural e innato (al cual su pobre hermana nunca podrá aspirar, dicho sea de paso…).

Precisamente por esto me molesta especialmente el mal uso que hacen de ella en Hollywood (películas de las cuales ni merece la pena hablar). La culpa, seguramente, no es suya, sino de la industria y la espiral cerrada en la que se mueve, que encasilla a los actores, directores, y hasta al chiquito de los cafés. Ciertamente hay un abismo entre esto y sus papeles en el cine español, resumidos con un único nombre y en mayúsculas: PEDRO ALMODÓVAR. De los cuales para mí destaca especialmente Todo sobre mi madre.




Volviendo a la que será la imitación de la gran noche de su vida, es decir, esta noche, la entrega de los Premios Oscar en la que Penélope Cruz está nominada por su papel en Nine, igual que lo estuvo el año pasado con Vicky Cristina Barcelona (solo que entonces lo ganó merecidísimamente, y esta noche lo tiene crudo), veremos qué opinión merece para el amplio público su desfile por la alfombra roja. ¿Cautivará como el pasado año con un Balmain? ¿Un Versace, quizá? ¿O se pondrá un vestido de sevillana?

3 comentarios:

  1. Justifica el texto!!!
    Y por otra parte... dices que te horrorizan las películas que le endosan a doña Pe... pero crees que realmente le interesa? Crees que, en Hollywood, realmente valdría para otra cosa y podría llegar a hacer otro papel?? I don't think so.

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  2. Otra cosa:
    personalmente no escogería "Todo sobre mi madre" como la mejor peli de Pe. Me encanta esa película, pero no su personaje, no su actuación. Volver le da mil vueltas

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  3. A ver, cojo "Todo sobre mi madre" como película. La más brillante de la peli no es ella, eso está clarisísimo. He cogido esa película como historia que nunca hará en Hollywood. Y "Volver" me gusta mucho también, pero es una película en la que sale el tópico de la señora castiza. Por eso no la he elegido. Tampoco se puede ni comparar los comienzos de Pe como actriz con su evolución, porque para mi gusto al principio estaba sobreactuada...

    Y respecto a las películas que endosan a Pe... pues no, no interesa que haga otra cosa. De eso es de lo que me quejo: es lo que le toca por venir de donde viene y ser como es, y porque está en Estados Unidos; y por otro lado, es lo que interesa, ella no se va a quejar. Pero digo que seguramente sorprendería a más de uno al otro lado del charco si saliera del registro de amante fogosa y temperamental.

    (¡Ah! totalmente de acuerdo contigo, la próxima vez justificaré el texto)

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